El Gran Diluvio: la Erradicación del hombre

Comenzamos el mito:

Antes del diluvio universal

No habían pasado ni mil años, desde que Enki y la Matriz crearon al hombre, y estos ya habían construido caminos, diques y más, todo para servir a sus “dioses”.

Ellos mismos hicieron sus armas y sus herramientas, aprendieron a sembrar y cosechar su alimento.

Pronto la ciudad había crecido demasiado y el rumor de los hombres era cada vez más grande.

Tan grande, que Enlil, el dios Anunaki, Señor de la Tierra, se sentía molesto:

• La bulla de los humanos es cada vez más fuerte, no me deja dormir a causa de tanto alboroto. Ordenad, oh, Anu, que sufran una epidemia.

El plan de Enlil era reducir la superpoblación ya que una vez más, el humano, sin contemplar nada mas que él mismo, se reproducía sin el menor cuidado.

De modo que se reunió con los demás dioses Anunakis para diezmar al hombre.

Los primeros castigos antes del diluvio

Enlil pidió encarecidamente que envíen epidemias a la tierra, y así fue.

Mientras el humanos “Más sabio”, devoto de Enki, su creador, escuchaba a este decirle todo lo que la humanidad iba a pasar. Se lamentaba pues, los humanos lo hacían siempre “sin pensar”.

Enki, recomendó al Muy sabio, ofrendar a otros dioses para que puedan ayudarlos en sus penas.

Luego del primer año, la población humana había caído considerablemente, pero como ya se había anticipado, el Muy sabio y demás gente, recibían favores de otros dioses menores.

Pelea entre Enki y Enlil

Enlil reclama a Anu, dios creador, que su plan está fallando pues, los humanos tienen ayuda que los dioses no esperaban.

A lo que Enki, se auto culpa y defiende su creación.

• Yo no puedo ver morir al fruto de mi creación, simplemente no lo hare.

Altas fueron sus voces en la reunión de los dioses, pero nada se podía hacer ya, Anu había decidido diezmar a los hombres.

Así que se decidió mandar sequía y hambre a la ciudad de los hombres.

Debido a las ayudas de Enki, los humanos aun conseguían una rica reproducción.

El gran diluvio universal

Enki se reía de los intentos de su hermano Enlil: cortar la creciente humanidad, haciendo que este se ponga más colérico.

Enlil pedía con más ganas a Anu y a los dioses inferiores que ya no alimentaran al hombre ni le envíen lluvia.

Es así que se le ocurre una gran solución: Un diluvio, pero no cualquier diluvio, si no EL diluvio, aquel que libraría a la tierra de los hombres.

Pues después de liberar a los dioses inferiores, y sin más necesidades ni deseos de los dioses, el hombre les era una molestia.

Enki, dios de los mares, sintió el frio en las palabras de Anu, pues bien sabía que él iba a ser el encargado de tal destino.

Como podía ser el creador del hombre, ahora autor de su destrucción. Sin embargo, cumplir la voluntad de Anu, era tarea primordial para él.

Las ordenes al Muy Sabio

Enki, abrió la boca y le dijo a su amado súbdito:

• Construirás un barco, en el, meterás a tu familia, animales que te enviare, y todo lo necesario para hacer crecer las plantas.

Así, el Muy Sabio, sin saber que era un barco, pidió más información a su venerado dios,

• Después de dibujar un plato en la arena, Enki dijo: Deberá ser compacto y cerrado por todo lado, yo te avisare a la hora indicada.

El Muy sabio, partió de la ciudad y se estableció cerca al mar, en donde los animales llegaban en pares y las diferentes plantas crecían mientras él trabajaba tal empresa.

El diluvio

Llegado el momento Anu, ordena llevar a cabo el diluvio a Enki, sobre toda la tierra.

Tornados se levantan del mar, las nubes cada vez más grises parecían cargadas de agua.

La inundación era inminente. El agua se llevaba todo a su paso. Todo está consumado.

• Oh padre, Anu, ver caer como moscas a mi creación me causa un gran dolor, destruirlos con mi propia mano es el destino que hemos elegido para ellos.

La Matriz también se lamentó, pero no quiso mirar atrás, ya todo estaba hecho.

Al terminar todo, las plegarias del Muy Sabio llegaron hasta donde los dioses, y es Enlil el primero en protestar:

• ¿Pero no habíamos acordado todos los dioses Anunakis exterminar a todos los humanos? ¿Cómo él puede seguir con vida?
• Enki le contesta: He sido yo quien le ha dicho al más sabio humano como sobrevivir, después de todo yo amo mi creación.

Anu, se ríe, y decide otorgarle la inmortalidad a ese personaje quien emitía sus oraciones al cielo.

– FIN –