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Comenzamos el Mito:
Sucesos anteriores a la Manzana de la discordia
Se encontraba la diosa Eris o Éride, diosa de la discordia, muy ofuscada y molesta con los dioses del Olimpo.
Pues ellos celebraban una boda, ni más ni menos que de una diosa con un mortal. Algo impensado sin duda.
Oh, por Zeus, quien era ese mortal afortunado, merecedor de tales celebraciones, acompañado de presencias tan ilustres. Era Peleo, que se casaba con la diosa marina, Tetis, ellos fueron los padres de Aquiles.
La inquieta diosa no había sido invitada, sintiendo un vivo rencor en el pecho por sus “iguales” los dioses, aun así se presentó:
– Que osadía, no invitarme a la velada, ni a acompañarlos a la mesa a disfrutar los sabrosos platos. Oh, pero esto no se quedará así, la última risa será mía.
Con el corazón oscurecido por la
La manzana de la discordia se muestra
Y así fue, que Eris se presentó al evento y se acercó a la mesa donde se encontraban reunidos los dioses.
Con una mirada picara, saludo, para luego retirarse con la más malévola sonrisa.
Antes de irse dejo una Manzana de Oro sobre la mesa, que decía: Kallisti (Para la más hermosa).
Hera, de tez blanca, esposa y hermana de Zeus, cogió la manzana que pensó era para ella y dio las gracias por tan hermoso presente.
Palas Atenea, la portadora de la Égida (escudo), le replico – Amada madre, creo que te confundes y te llevas lo que por derecho me corresponde.
Por su parte, Afrodita, bella entre las diosas, capturo la manzana de las manos de su madre y dijo: Esto es mío, obviamente, esta manzana es para mí.
A Zeus le entro un sinsabor, pese a la deliciosa cena que comía. Las diosas comenzaron a gritarse y pelear.
Aquel que acumula las nubes, Zeus, ya no quería soportar más y sugirió a las diosas que sea un mortal el que decidiera a quien le pertenece dicha manzana
El juicio de Paris: La manzana de la discordia
De esta manera, Zeus, dio una mirada al mundo mortal, y vio a su humano preferido entre todos: Héctor, príncipe de Troya, hijo del rey Príamo.
El dios recordó que su protegido tenía un joven hermano en las praderas, cerca de las montañas quien vivía como un pastor, pues no era reconocido por el Rey aún.
Las 3 diosas rivales, fueron encomendadas a Hermes, dios de los viajeros, a ser guiadas hasta donde el mortal elegido se encontraba.
En aquellos campos, se encontraba Paris, hermano de Héctor, anonadado y boquiabierto, pues las máximas bellezas de este mundo se acercaban ante él guiadas por Hermes.
- Hera: Vulgar pastor, a quien de las 3, tú crees que esta manzana de oro le corresponda
- Paris, aún estupefacto: No entiendo su pregunta.
- Hermes: Elige niño, cuál de las 3 diosas es la más bella de todas, a quien tu creas, dale la manzana.
- Hera: Paris, si tú me eliges a mí, tendrás el máximo poder a tu servicio, gobernaras todas las tierras conocidas.
- Atenea: Oh, bello pastor, date cuenta que de las 3, soy yo la más hermosa, elígeme y jamás en tu vida perderás una guerra, la sabiduría caminara en tu mano.
- Afrodita, quien conocida los vicios de los hombres le dijo: Paris, hermoso ejemplar de hombre, ¿conoces el amor? Te daré el amor de la mujer más bella del mundo, ya sabes a quien tienes que elegir.
Paris, confundido, pues, Poder, Sabiduría y Amor, son un tridente que cualquier hombre quisiera poseer. Pero al crecer humildemente entre los animales en el campo, no lo pensó tanto.
- Elijo el amor de la mujer más bella del mundo, Afrodita, tu, eres la más hermosa de las diosas y a ti es a quien corresponde ser la dueña de esta manzana.
Afrodita, contenta y llena de júbilo, prometió a Paris tener lo que él quisiera.
Mientras que las otras diosas, llenas de rencor y odio, maquinaron la caída de todo lo que aquel hombre amo hasta ese momento: Troya.
– FIN –
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