Autor: Cuento de Pomabamba, Ancash.
Tiempo de lectura: 7 minutos.
Comenzamos el Cuento:
La llegada del zorro al pueblo
Al pie de las montañas, se formaba un gran valle donde corría un enérgico rio. En él, vivía un zorro muy astuto y tramposo, que gustaba de estropear los cultivos y malograr la siembra.
Tal era el problema con el zorro, que las personas decidieron atraparlo. Después de muchos días intentando, por fin pudieron atraparlo, y amarrarlo a un poste en una casita cerca al rio.
El zorro y el puma se conocen
Una noche de luna llena, un puma que la había pasado muy mal en las montañas, bajo al valle, que se veía todo plateado por la luz de la luna. Este se acercó cautelosamente al rio a tomar un trago, vio al zorro amarrado y sorprendido le dijo:
- Hermano Zorro ¿Estás bien? ¿Por qué estas amarrado?
- Hola, hermano, como me ves, la vida me han tratado como ni te imaginas, me dan de comer y de beber todos los días, y voy a casarme con la hija del dueño de esta chacra.
Al escucharlo, el Puma se llenó de envidia, y pensaba todo lo que él había sufrido y aquí su amigo el zorro, tenía la vida arreglada.
- Pero, sabes – continuo el zorro – no soy feliz, extraño mi libertad y pasear por el valle, tampoco quiero casarme, ella es muy linda y todo. Si yo encontrara alguien con quien cambiar de lugar lo haría.
El puma no lo pensó tanto y desamarro al zorro, quien se fue disparado hacia la montaña.
El zorro y el puma se ven nuevamente
Al tiempo, el puma encontró al zorro, y le sujeto del cuello muy molesto.
– Por favor, no me hagas daño, entiende mi desesperación por huir, aquí de quien debemos vengarnos es del hombre.
El puma acepto y fueron a la granja del pueblo. Se llevaron lo que quisieron, y para que pierdan el rastro de sus huellas, el zorro le dijo que mejor cruzaran el rio. Se avivo este, y tomo las provisiones para llevarlas al otro lado, diciéndole al puma que tumbaría un árbol para que él pueda cruzar.
Es sabido del miedo del puma hacia el agua, rara vez se hecha un baño.
Al estar al otro lado, el zorro dijo.
– Puma tonto, espera sentado que te haga un puente.
Y el zorro se llenó la boca con todo lo que se habían llevado. El puma, por confiado e inocente se quedó con hambre mientras su barriga sonaba: “brrbrrr”.
– FIN –
Super! Gracias.